El sistema de sonidos que desarrollamos aquí se llama Kotodama. Parece provenir de enseñanzas herméticas sintoístas derivadas del budismo Chan y destinadas al crecimiento espiritual. "Koto" podría traducirse como Tao y "dama" como alma o sustancia encarnada. El trabajo de estos sonidos se diferencia de los de otros sistemas, pero la esencia es la misma: equilibrar y unificar el universo interior para desarrollar el espíritu y seguir el Tao.
El ser humano es un ser social y ha tenido siempre el impulso de comunicarse. Antes de adquirir su facultad para articular un lenguaje, se comunicaba a través del gesto y de un sistema de sonidos vocales. Estos sonidos, como en el reino animal, servían para transmitir todo tipo de mensajes. Con la evolución humana, se desarrollan los diversos métodos de lenguaje verbal y no verbal. Se perfeccionan el canto, la música, la danza, la representación teatral y también las distintas lenguas. La voz es el instrumento del hombre. La utiliza a solas o acompañada por la música y la danza para narrar historias, adquirir fuerza y valor antes de ir a la guerra o a una partida de caza, expresar las emociones y los sentimientos, conectarse con los espíritus, sanar... A través de la voz, uno puede unificarse con su cuerpo, con los seres y las cosas que le rodean y desarrollar su potencia y su lado espiritual.
Según el diccionario de María Moliner, la definición de sonido es: "vibración de un cuerpo que transmitida por el aire es capaz de impresionar el oido". En cuanto a vocal, tomaremos dos de sus sentidos. Por una parte, significa "de la voz" y por otra cada una de las letras vocales. En el sistema de sonidos terapéuticos que voy a exponer a continuación, se trabaja mediante la voz la vibración que proporcionan los sonidos de las letras vocales. Cada letra vocal está asociada a un sistema de órganos vitales y cada sistema de órganos corresponde a un elemento dentro de la teoría de los Cinco Elementos de la medicina tradicional china. Observando la intensidad, limpieza y longitud en la emisión de las letras vocales, puede ser posible descubrir el estado de la energía que tienen los sistemas asociados a ellas en el momento presente.
Los sonidos, vocales o no, son un medio poderoso para equilibrar todo nuestro ser. Al utilizar la voz practicamos también con la respiración, que es la fuerza de la vida, lo que nos mantiene vivos. La respiración es el nexo que une al cuerpo físico con los sentimientos y las emociones. Si se practica con consciencia es una vía de acceso al espíritu, puesto que nos ayuda a encontrar la calma mental y el silencio interno que necesitamos para seguir creciendo.
LOS ELEMENTOS DEL SONIDO VOCAL
En el trabajo con los sonidos, a mi entender, hay cuatro factores primordiales. El primero es el factor físico, constituído por todos los mecanismos fisiológicos que hacen posible tanto el hecho de respirar como la emisión de sonidos. El segundo es el aire en el sentido de soplo, de vehículo para su transmisión. El tercero es el sonido en sí mismo, la vibración que se propaga. El cuarto es el aliento vital, como fuerza de vida que proporciona intensidad, ritmo y color al sonido que se emite.
El factor físico
El cuerpo físico es la parte del ser donde la materia está más condensada. Lo llamamos estructura porque es un armazón sólido, que se puede ver y tocar, que proporciona la base, el apoyo y el punto de partida para comprender el entrenamiento con la energía (Qigong).
El cuerpo nos proporciona los mecanismos físicos para que el sonido y su emisión sean posibles. Aparte del aparato respiratorio es necesario prestar atención al diafragma como el gran fuelle regulador de la respiración, que relaciona la cavidad del pecho con la del vientre. Si el músculo tiene tensiones o bloqueos, no podemos llevar bien el aire a la parte baja de los pulmones. Así el intercambio de oxígeno no se produce a niveles óptimos y la sangre no puede renovarse todo lo necesario para nutrir bien a las células del cuerpo, con lo que disponemos de menos energía vital. Las tensiones del diafragma afectan también a las envolturas musculares de los órganos vitales que están ligadas a él, repercuten sobre los órganos y alteran las emociones, resultando difícil calmar la mente.
Entonces, atendiendo al nivel físico, es importante como trabajo previo a los sonidos terapéuticos realizar ejercicios de respiraciones estáticas o dinámicas encaminados a movilizar y relajar el diafragma. De este modo la comunicación entre la parte superior y la inferior mejorará, aumentará nuestra capacidad pulmonar, podremos distender los tejidos a niveles profundos y facilitaremos la calma mental. El paso siguiente es emitir los sonidos varias veces en la posición de sentados, para "calentar" la voz y luego abordarlos haciendo la forma.
El aire como soplo
El aire es la sustancia gaseosa que nos envuelve. En este caso, es también el soporte para la emisión del sonido, su vehículo. La cantidad de aire que podemos inhalar y expeler va a depender de nuestra capacidad pulmonar y de lo desbloqueado que esté nuestro diafragma. En el trabajo con los sonidos tratamos de dosificar el aire todo lo posible para modularlo y conseguir mantener la vibración al máximo. Al entrenarnos, es importante evitar forzar la respiración. El aire debe entrar y salir de manera relajada. Gradualmente se irán expandiendo los límites de nuestra capacidad pulmonar de forma natural.
El sonido
En esta práctica utilizamos la capacidad vibratoria del sonido de nuestra voz para tomar contacto con nuestro interior, relajarnos y liberar los nudos tanto físicos como emocionales que podamos tener. Cuando emitimos un sonido, esa vibración parte de nuestro interior, lo cual nos influencia de una manera muy fuerte. Al recibir la vibración de cualquier otro sonido también se produce un efecto que variará en cuanto a intensidad y signo (positivo o negativo) dependiendo de la armonía y del volumen con que se emita. El sonido llega hasta el cerebro para ser interpretado, pero a su vez ejerce directamente su influjo en el ritmo y la actividad de nuestras células. Por ejemplo, un sonido armonioso a un volumen adecuado nos ayuda a generar un estado de paz interior, pero un nivel alto de ruido donde dormimos impedirá la disminución del ritmo de actividad de las células. Esto evitará que nos relajemos y podamos descansar profundamente. Como las células no llegan a regenerarse todo lo que deberían durante el período de sueño, se va acentuando un desgaste de la fuerza vital cada vez mayor, hasta el punto de levantarnos ya cansados.
Cuando emitamos el sonido, aparte de lo bien o mal que cantemos normalmente, debemos observar si es armonioso y limpio o no. Esto nos dará información sobre el buen funcionamiento del órgano que estemos trabajando. Es necesario encontrar dentro de nuestra escala aquella frecuencia que nos permita conectar con la vibración de cada órgano vital, eligiendo el tono que nos despierte más sensación en la zona donde se sitúa el órgano que trabajamos. Al principio tendremos que probar mucho y permanecer a la escucha de los efectos que se produzcan. Deberíamos practicar sin esperar ningún resultado en concreto y observarnos de la manera más neutral posible. Es importante la sinceridad con uno mismo a la hora de definir las percepciones. Cada órgano vital está asociado a una emoción concreta. El trabajo con los sonidos terapéuticos puede ayudarnos a contemplar y a sanar el estado de nuestras emociones. A través de la respiración y la vibración de los sonidos es posible alcanzar una condición interior de serenidad y bienestar.
El aliento vital
El sentido de aliento vital que voy a utilizar es el de alma como impulso que nos infunde la vida y el desarrollo. Esto implica una idea de movimiento, cambio, crecimiento y renovación continuos que aplicamos a todos los planos de la existencia.
Una vez mi profesor de medicina china me dijo que la respiración era como el aire que penetra la superficie de un lago y lo mueve. Sin este movimiento el agua del lago se estancaría y nada podría vivir en él. Nosotros, formados por un 70 por ciento de agua, representamos el lago, y el aire que nos mueve es el aliento, cuya fuerza vital pone en marcha los mecanismos necesarios para asegurar la nutrición y el buen funcionamiento corporal, es decir, para que el agua del lago no se estanque.
Puesto que el aliento es movimiento, marca una pauta. Estamos animados por millones de ritmos diferentes. Somos como una gran orquesta, donde el ritmo de cada instrumento está al servicio de su sección (cuerda, viento, etc.) y a su vez cada sección está al servicio de toda la orquesta. Según las teorías de la osteopatía, si nos ponemos a escuchar este ritmo podemos averiguar cuál es su pauta, seguirla y corregirla si algo no funciona bien.
La respiración también influye en el ritmo de los latidos del corazón y por extensión, en el de todo el cuerpo. Calmando la respiración, alargándola sin forzarla, dejándola que llegue a todos nuestros rincones, podremos inducir un estado de relajación profunda desde el que es posible abrir la puerta que conduce hacia el espíritu.
LOS SONIDOS VOCALES Y SUS CORRESPONDENCIAS
EL SONIDO "A"
Elemento madera.
En el plano físico, actúa sobre el sistema del hígado y la vesícula biliar. En la personalidad, trabaja sobre la creatividad, la intrepidez, la visión, la capacidad de organización y la toma de decisiones. En la psique representa ir más allá de los sentidos físicos y desarrollar la intuición. En el plano espiritual, este sonido nos ayuda a despertar y nos proporciona una orientación.
EL SONIDO "E"
Elemento metal.
En el plano físico, actúa sobre el sistema de los pulmones y el intestino grueso. En la personalidad trabaja sobre las capacidades internas de discernimiento, equilibrio, justicia y desapego, ayudando a desarrollar la habilidad de saber el momento justo de la acción. En la psique representa el equilibrio entre los sentidos físicos y psíquicos. En el plano espiritual se tienen percepciones pero se conservan los pies en la tierra.
EL SONIDO "I"
Elemento fuego.
En el plano físico actúa sobre el sistema del corazón, intestino delgado, pericardio y triple calentador. En la personalidad trabaja sobre el amor, la expresividad, el altruismo, la alegría, la fe. En el plano psíquico representa el desarrollo de las capacidades superiores del hombre, que lo unifican con todos los seres, de la fuerza que uno tiene para trascender, para actuar más allá de todo condicionamiento, respondiendo al espíritu, al corazón. En el plano espiritual ayuda a la apertura del corazón y los centros superiores, y a la fusión con las fuerzas del universo.
EL SONIDO "O"
Elemento agua.
En el plano físico actúa sobre el sistema del riñón y la vejiga. En la personalidad trabaja sobre la valentía, el coraje, la fuerza de voluntad y la capacidad creativa. En la psique representa el conocimiento del conjunto de las memorias físicas y psíquicas. Es la energía vital, sexual, que se hace consciente y se propulsa a través del Canal Central hacia el cerebro. En el plano espiritual representa la sublimación de los instintos.
EL SONIDO "U"
Elemento tierra.
En el plano físico actúa sobre el sistema del bazo/páncreas y el estómago. En la personalidad, actúa sobre la serenidad, la búsqueda de nutrición, la compasión, la empatía y el sentido del humor. En el plano psíquico potencia la claridad de pensamiento y el poder de enraizamiento. En el plano espiritual, representa las capacidades y sentidos físicos. Es la encarnación del verbo, nuestra carne.
TÉCNICA
¿CÓMO SE EMITE EL SONIDO?
Se dosifica el aliento mientras se emite el sonido. Se redondea un poco la espalda y se debe sentir cómo el diafragma desciende por ella. El sonido debe salir desde la zona de los riñones. No se inspira demasiada cantidad de aire.
LA SECUENCIA DE SONIDOS
AIE OU
En este sistema, esta combinación de sonidos o mantra es la principal forma de conectar al hombre con su espiritualidad. Se cree que estaba relacionada con las artes marciales. En esta creencia, cada vocal generaba un patrón de la energía:
A: energía en expansión.
E: apertura de todo el sistema energético y energía en retracción.
I: apertura y ascenso.
O: energía hacia los riñones y descenso.
U: centro.
TRABAJO SENTADOS:
La secuencia de sonidos se trabaja de la siguiente manera:
Se inspira antes de cada serie de sonidos. La primera serie es AIE. Se toma aire y luego se emite la segunda, OU. Para OU, retener el diafragma en la O y soltarlo en la U. La U es el sonido de la tierra y debería trabajarse con mucha relajación.
Se trabaja la secuencia al menos cinco veces consecutivas y se para. Entonces, nos observamos. ¿Qué emoción o sentimiento brota en medio del vacío?
martes, 9 de marzo de 2010
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario